No hace tanto tiempo, las aplicaciones se construían casi exclusivamente como una unidad única e indivisible. Este estilo monolítico era herencia de una época en la que la capacidad de datos era limitada, las bases de datos se diseñaban para una sola unidad y la aplicación la utilizaba un único dispositivo.
Los equipos de desarrollo que creaban aplicaciones con un enfoque lineal y secuencial en cascada funcionaban bien... hasta que dejaron de hacerlo. Con este enfoque, hacer cambios era más difícil en aplicaciones grandes y complejas con un acoplamiento estrecho. Escalar componentes de forma independiente no era una opción, y los cambios de código podían afectar a todo el sistema, por lo que cada cambio debía coordinarse minuciosamente. A menudo, esto alargaba el proceso general de desarrollo y dificultaba la implantación de una nueva tecnología, ya que obligaba a reescribir toda la aplicación.
La necesidad de un nuevo paradigma
A medida que se creaban más y más aplicaciones en la web para su acceso en navegadores y, finalmente, teléfonos móviles, un número exponencialmente mayor de usuarios utilizaba las aplicaciones con más frecuencia y desde más lugares. Era evidente que se necesitaba un nuevo paradigma para almacenar y acceder a los datos. Lo que vino después fue una mayor demanda por parte de estos usuarios de tener una experiencia más rica con sus aplicaciones. En respuesta, las empresas querían ofrecer mejores experiencias tanto digitales como en la vida real. Se crearon más aplicaciones para interactuar con usuarios y clientes. Al mismo tiempo, el almacenamiento y la capacidad de procesamiento se hicieron mucho más asequibles. El resultado fue una explosión de datos.
Los equipos de desarrollo tuvieron que adaptarse rápidamente, y empezaron a surgir y a ganar popularidad nuevos enfoques del desarrollo de aplicaciones. Metodologías como agile, scrum, kanban, producto mínimo viable, entre otras, entraron en nuestro vocabulario. Esto llevó a una macrotendencia de lo que ahora llamamos desarrollo de microservicios, que descompone las aplicaciones en una colección de unidades independientes más pequeñas. Estas unidades llevan a cabo cada proceso de la aplicación como un servicio independiente. Así, todos los servicios tienen su propia función específica, su lógica y, en muchos casos, su propia base de datos.
Así, los equipos de desarrollo pueden crear aplicaciones más rápidamente. Los servicios pueden desplegarse y actualizarse de forma independiente, lo que proporciona más flexibilidad a los desarrolladores. Un fallo descubierto en un microservicio sólo tiene impacto en un servicio concreto y no influye en toda la aplicación. También es mucho más fácil añadir nuevas funciones a una aplicación de microservicios que a una monolítica. Al separar una aplicación en componentes más pequeños y sencillos, los microservicios son más fáciles de entender y gestionar. Además, el enfoque de microservicios ofrece la ventaja de que cada elemento puede escalarse de forma independiente. Así, a menudo, el proceso es más rentable y eficiente que escalar toda la aplicación monolítica.
Los retos de la dispersión de datos
Sin embargo, los microservicios no son perfectos y plantean sus propios retos. Las conexiones entre múltiples módulos y bases de datos crean problemas transversales con el registro, las métricas, la observabilidad y más. Y las pruebas y la resolución de problemas pueden ser difíciles en todos los servicios. Y lo que es más importante, este tipo de arquitectura puede dar lugar a grandes problemas de dispersión de datos.
La proliferación de bases de datos puede dar lugar a problemas de movimiento de datos, duplicación de datos, seguridad, integración de datos, latencia, incoherencia de la información y aumento de los costes. Los equipos deben tener conocimientos del dominio y habilidades de programación multilingüe. Es necesario asegurar diferentes licencias, todas ellas con diferentes modelos y condiciones de cumplimiento que complican la compatibilidad. Admitir más tipos de bases de datos plantea problemas técnicos y operativos que ralentizan el desarrollo.
La promesa del multimodelo
La gestión de múltiples bases de datos se estaba volviendo insostenible. En este punto, algunas empresas de bases de datos decidieron consolidar múltiples métodos de acceso a datos y otros servicios integrados en sus bases de datos para reducir los efectos negativos de la dispersión de datos. Así surgió el multimodelo, un sistema de gestión de bases de datos diseñado para soportar múltiples modelos de datos en un único backend integrado. Este sistema proporciona una gestión de datos unificada, acceso y gobernanza, entre otras características clave. Nota: Los trucos como atornillar una base de datos a otra no son verdaderos multimodelos.
Multimodal aporta todas las ventajas de persistencia políglotasin sus desventajas. Esencialmente, lo hace soportando un almacén de documentos (documentos JSON), un almacén de claves/valores y otros modelos de almacenamiento de datos (múltiples bases de datos) en un motor de base de datos que tiene un lenguaje de consulta común y una única API para el acceso posterior. Esto permite, por ejemplo, utilizar una única consulta donde antes se necesitaban varias, lo que mejora la eficiencia y el rendimiento en memoria.
Couchbase: Reducción del tiempo empleado antes, durante y después del desarrollo de aplicaciones
¿Son necesarias las funciones multimodelo en todas las aplicaciones? No, por supuesto que no, pero son aplicables en muchos casos, y disponer de ellas ayuda a preparar una aplicación para el futuro. Así pues, ahora las organizaciones pueden obtener lo mejor de los enfoques monolítico y de microservicio con el apoyo de una única base de datos.
Más información sobre la base de datos multimodelo de Couchbase aquí y pruebe hoy mismo Couchbase con nuestra aplicación gratuita ensayo.