En un Correo electrónico:escribí sobre la primera lección de Couchbase. Investigación sobre el dilema de los datos - que, a pesar de que las empresas tienen ambiciones claras de mejorar radicalmente las nuevas experiencias y el compromiso de los clientes, esas ambiciones no se están cumpliendo. Hoy vamos a analizar uno de los claros culpables: los datos.
Cuando se trata de ofrecer nuevas experiencias y servicios digitales, la incapacidad para utilizar los datos puede resultar paralizante. El 90% de los responsables de la toma de decisiones digitales ven frenadas sus ambiciones de utilizar datos para nuevos servicios digitales, ya sea por falta de recursos, por la complejidad de utilizar varias tecnologías o por la dependencia de una tecnología de base de datos heredada. De hecho, el 41% de los encuestados ha visto cómo fracasaban rotundamente proyectos digitales en su organización porque la base de datos heredada no podía soportarlos; el 15% de los proyectos fracasaban después de haber invertido tiempo y recursos significativos, mientras que el 29% ha tenido que reducir el alcance de un proyecto debido al coste de realizar cambios en la tecnología heredada, y el 14% ha tenido que retrasar proyectos de forma significativa nunca ha informado de ningún problema. De estas estadísticas se desprende que las bases de datos heredadas son el hilo conductor.
Señalar con el dedo la base de datos heredada
Casi todas las empresas tienen una base de datos heredada: basada en tecnología relacional fiable de Oracle, IBM, Microsoft o cualquier otra que ha demostrado ser inestimable en tareas como el procesamiento de transacciones de forma rápida, fiable y coherente, algo fundamental para los negocios en línea. Sin embargo, las experiencias digitales que fomentan el compromiso del cliente plantean nuevas exigencias a la base de datos, que la tecnología heredada no siempre puede satisfacer. Estas nuevas experiencias tienen que ser ágiles: la empresa debe ser capaz de desarrollar nuevas aplicaciones que utilicen los datos de formas diferentes casi sobre la marcha. Tienen que ser fiables y estar siempre disponibles, sin tiempos de inactividad por mantenimiento o cualquier otro motivo. Deben ser escalables, es decir, adaptarse masivamente al éxito de nuevas aplicaciones, a la estacionalidad o a cualquier otro aumento de las interacciones. Y deben ser capaces de garantizar el rendimiento, incluso cuando las aplicaciones interactúan con los usuarios finales utilizando datos cada vez más complejos, interconectados y variados. Las bases de datos heredadas simplemente no están a la altura de estas tareas.
Esto no mejorará con el tiempo: en un futuro muy próximo, las bases de datos tendrán que hacer frente a exigencias totalmente nuevas a las que, una vez más, las soluciones heredadas sencillamente no podrán hacer frente. Por ejemplo, sólo el 41% de las organizaciones afirma poder utilizar los datos en tiempo real, es decir, en cuanto se registran. Por término medio, los datos de clientes más recientes que pueden utilizar las bases de datos de las organizaciones tienen 28 horas de antigüedad. Pregúntese si utilizaría algún proveedor o prestador de servicios si tardara más de un día en reaccionar a sus decisiones, y luego pregúntese si estas bases de datos pueden hacer frente a ofrecer una experiencia de usuario que se produce esencialmente en tiempo real. También está la cuestión de las nuevas tecnologías: los consumidores quieren sumergirse en la realidad virtual o aumentada, poder experimentar el Internet de las Cosas o recibir servicios respaldados por la Inteligencia Artificial. Sin embargo, sólo el 19 por ciento de los responsables de la toma de decisiones digitales cree que su base de datos estaría a la altura de soportar completamente estas nuevas tecnologías si su organización empezara a utilizarlas mañana. El 59% solo puede soportar la tecnología en cierta medida, y el 22 en absoluto, lo que significa que la inversión sigue siendo necesaria en muchos lugares.
Está claro que las bases de datos heredadas son un impedimento para la verdadera innovación digital. Si no pueden resolverlo, ¿qué es lo peor que podría pasar? La Parte 3 lo explicará.